ÍNDICE
Presentación
Introducción: las neurociencias, sus campos e intereses
Las neurociencias y el psicoanálisis
Capítulo 1
El cerebro y el mito del yo, de R. Llinás. (Síntesis)
- El cerebro y el mito del yo, de R. Llinás.
- El modelo cerebro-mente de Llinás
Capítulo 2
El cerebro y el mito del yo, de R. Llinás. (Comentarios)
- Dudas y preguntas desde dentro del modelo que propone Llinás
- Coincidencias con el modelo de Freud
- Comentarios sobre el libro de Llinás
Capítulo 3
Un psicoanalista leyendo neurociencia
- La conformación del ser pluricelular
- Lo que nos enseña la evolución del ojo
Bibliografía
Presentación
Introducción: las neurociencias, sus campos e
intereses
Las llamadas neurociencias constituyen un área multidisciplinaria para el
estudio de del sistema nervioso - estructura, función,
desarrollo, evolución, química, patología, farmacología, etc.― con el interés último de entender cómo
interactúan los distintos elementos para dar origen a la conducta.
En palabras del premio Nobel Erick
Kandel (2000), “La tarea de la
neurociencia es explicar el comportamiento en términos de las actividades
del cerebro. ¿Cómo el cerebro comanda millones de células nerviosas
individuales para producir el comportamiento, y cómo esas células son
influenciadas por el medio ambiente?”
Más allá de que el propósito
último sea comprender el comportamiento, múltiples tareas inmediatas atraen la
atención de las neurociencias. Así, la
convergencia de intereses de muchas disciplinas vinculadas e interesadas
—incluyendo neuropsicología, ciencias de la computación, estadística, física, y
medicina— hace que ya no se las considere exclusivamente como una rama de las
ciencias biológicas.
Sin embargo, sin lugar a dudas, lo
que más le interesa hoy al grupo de disciplinas que se aúnan con el nombre de
neurociencias es la investigación en la frontera entre el cerebro y la mente. “La última frontera de las ciencias
biológicas—el último desafío—es entender las bases biológicas de la conciencia
y de los procesos mentales por los cuales percibimos, actuamos, aprendemos y
recordamos” (Kandel, 2000).
Son muy numerosos los
investigadores sumamente especializados en avanzar en el conocimiento de los
más ocultos mecanismos neurológicos. Son pocos, en cambio, los que elevándose
por sobre investigaciones muy parciales intentan trazar un modelo general del
cerebro. R. Llinás es uno de los que, en su libro El cerebro y el mito del yo, se atreve a incursionar en un campo
tan espinoso. Estos escritos se proponen un repaso monográfico de los aportes y
el enfoque del neurocientista Rodolfo Llinás sobre su concepción de lo mental a partir de las funciones cerebrales.
Las neurociencias y el psicoanálisis
A diferencia de lo que ocurre con
otras disciplinas, por ejemplo con la psicología cognitiva, con las que tiene
una relación de estrecho intercambio y colaboración, con el psicoanálisis la
neurociencia tiene una vinculación más que conflictiva. Muchas veces el
conflicto se expresa directamente como ignorancia mutua. Esto no debería sorprendernos
porque el psicoanálisis, una disciplina en sí misma llamada a ser
revolucionaria y contestataria, siempre tuvo —unas veces para bien y otras para
mal— un vínculo conflictivo con los diversos y sucesivos stablishments científicos a lo largo de su siglo de existencia.
Hace unos años sin embargo, han
comenzado una serie de vínculos que pueden ser fecundos. Las zonas que hoy se
superponen son pequeñas todavía. Considérese, en este sentido, cuál es la
proporción de publicaciones psicoanalíticas que citan artículos de
neurociencias y cuántas son las publicaciones neurocientíficas que citan
publicaciones del psicoanálisis.
En este contexto, sorprende la
opinión de uno de los más afamados neurocientíficos: En la revista Aperturas, dirigida por Hugo Bleichmar,
encontramos un artículo de Méndez Ruiz y de Iceta Ibáñez de Gauna, sobre la articulación entre neurociencia y
psicoanálisis. Allí afirman:
“Eric
Kandel, neurobiólogo conocido por sus investigaciones en neurociencia y por el
importante manual "Essentials of Neural Science and Behavior" (1995),
en un artículo de abril de 1999, se ubica entre los que entienden que
psicoanálisis y biología poseen importantes puntos de encuentro. Contrariamente
a los que apuestan por el reemplazo del psicoanálisis por la biología, opina
que el declive de la influencia del psicoanálisis "es lamentable, dado que el psicoanálisis todavía
representa el más coherente e intelectualmente satisfactorio punto de vista
sobre la mente" (pág. 505).” (Las negritas no son del original.)
Sin embargo, una buena síntesis actual del
conflicto la encontramos en la presentación editorial del libro A cada cual su cerebro, de Arsemet y
Magistretti (2004): “Enfrentados desde hace varios lustros, el psicoanálisis y
las neurociencias han reclamado cada uno para sí los mejores títulos cuando se
intenta proponer una explicación de la conducta humana. Para el primero, las
neurociencias son mecanicistas, estáticas y reduccionistas, y en su pretensión
de fundar una explicación científica de carácter universal desdeñan la
subjetividad y la historia personal; los neurocientíficos, por su parte,
reprochan al psicoanálisis su precario andamiaje científico y, en lo más áspero
de la confrontación, no vacilan en calificarlo de mitología.”